Luego de 40 años como maestra de español, decidí jubilarme. Me comuniqué con el banco para solicitar un ajuste al pago de la hipoteca, sabiendo que solo me faltaban 5 años para saldarla. Me sorprendí escuchar que no podían evaluarme para una modificación, a menos que me atrasara en el pago. Toda mi vida había cuidado de mi crédito, y no entendía porque el banco me pedía atrasarme, para poder evaluarme. Decidí orientarme con Ayuda Legal Puerto Rico, y no solo aprendí que esa petición del banco era ilegal, sino que no podían discriminar conmigo ni por edad, ni por género.